Por Luis M. Cárdenas
Es una afrenta a la democracia, la libertad y los derechos humanos, la muerte de cinco personas en La Barranquitas, Santiago, por agentes del Dicrim, en supuesto intercambios de disparos.
Este hecho, ha estremecido la sociedad dominicana, en momentos en que el presidente Luis Abinader a puesto todos los recursos para transformar la Policía Nacional.
Lo ocurrido en Santiago, es una vergüenza para la República Dominicana y los autores de este crímen, deben ser no solo apartados de la institución policial sino castigados con el peso de la ley.
El procurador adjunto Wilson Camacho, encargado de la Dirección de Persecución, y la fiscal interina de Santiago Quirsa Abreu, tiene la responsabilidad de investigar las circunstancias en las que cinco hombres fueron abatidos por agentes del Dicrim, el pasado miércoles, en una plaza comercial de La Barranquita,Santiago.
Los fallecidos son Edward Bernardo Peña Rodríguez, Carlos Enrique Guzmán Navarro (el Charly o Charli Chasc), José Vladimir Valerio Estévez, Elvis Antonio Martínez Rodríguez y Julio Alberto Gómez, en el hecho de sangre ocurrido en una plaza ubicada en la avenida Olímpica, del sector La Barranquita.
El país ha sufrido por años, de los alegados intercambios de disparos por parte de agentes policiales, donde han caído delincuentes y personas que nada tienen que ver con hechos delincuenciales.
Ahora es el momento de poner un ejemplo contra los gatillos alegres que empañan la imagen de la institución policial y del gobierno del presidente Luis Abinader.
Los responsables deben ser despedidos deshonrosamente de la Policía y sometidos a la justicia, es hora de construir un mejor país, donde los ciudadanos se sientan orgullosos y confiados de sus instituciones que les protegen.
La ciudadanía reclama que los culpables de ese crímen sean castigados y con ellos poner un ejemplo para evitar más muertes por los alegados intercambios de disparos.