Santo Domingo, R.D. – El Dr. Fulgencio Severino calificó como superficial el debate sobre la deuda pública entre el presidente de la República y los principales partidos políticos, quienes se acusan mutuamente de haber endeudado más al país.
“El problema no es quién tomó más préstamos, sino para qué se usaron. Los recursos de la deuda no han impulsado el desarrollo
ni la industrialización, sino que han beneficiado al sector financiero y a grupos
políticos cercanos al poder”, afirmó.
Según los registros oficiales de la Dirección de Crédito Publico la deuda pública
consolidada nunca ha disminuido, ni en términos absolutos ni relativos al Producto
Interno Bruto (PIB).
En el año 2000, el endeudamiento era de unos US$4,387 millones, cifra que
ascendió a US$10,875 millones durante el gobierno de Hipólito Mejía, US$25,064
millones bajo Leonel Fernández y US$54,469 millones con Danilo Medina.
Actualmente alcanza los US$71,525 millones con Luis Abinader, a la misma fuente
En términos relativos al PIB, la deuda pasó del 18% en 2000 al 47% con Mejía,
41% con Fernández, 69% con Medina, y ronda hoy el 57%. Aunque parece haber
una reducción, Severino explicó que “esta variación no refleja una gestión más
eficiente, sino el efecto del endeudamiento extraordinario durante la pandemia de
la COVID-19 y un crecimiento del PIB que no responde a un aumento real de la
productividad”.
El dirigente político sostuvo que esta política ha generado una “cadena de
irresponsabilidad estatal”, donde cada administración asume nuevos préstamos
para pagar los anteriores, sin lograr un impacto visible en el desarrollo nacional.
“El endeudamiento público se ha convertido en un negocio multimillonario. Los
principales beneficiarios son los bancos nacionales y extranjeros, que reciben
cada año cientos de miles de millones de pesos en intereses, junto a los lobistas
que cobran comisiones por gestionar esos préstamos”, denunció Severino según
los documentos sobre la deuda publica de la Dirección General de Crédito Publico
para el 2025 se estarían pagando US$6,147.8 millones, equivalente a 4.78% del
producto interno bruto estimado en 128,557.5 millones de dólares. De estos
4729.62 millones de dólares son para el pago de intereses, equivalente a 3.7% del
PBI. A estos hay que agregar el 0.5% correspondiente al gasto de deuda del
Banco Central.
Agregó que el costo de esta irresponsabilidad lo paga la población: “Los impuestos
del pueblo se destinan al pago de intereses en lugar de financiar salud, educación
o producción nacional. Mientras tanto, los gobernantes discuten quién endeudó
más, pero ninguno explica cómo piensa salir del círculo vicioso”.
Severino advirtió también que el aumento de la deuda en moneda extranjera
agrava la vulnerabilidad económica del país, “ya que cualquier variación del tipo
de cambio encarece los compromisos financieros y limita la capacidad de
inversión pública”.
Finalmente, llamó a replantear el modelo económico nacional: “La República
Dominicana necesita una política fiscal responsable y orientada al desarrollo
productivo. La deuda debe ser una herramienta de inversión, no un negocio
partidario o financiero. Solo así podremos construir un país más justo y
sostenible”, concluyó.