Por: Franklin Castillo
La carretera Sánchez, que comunica el Distrito Nacional con la región Sur, requiere de una gran transformación por la gran cantidad de vehículos que transitan diariamente desde y hacia las 11 provincias que conforman dicha demarcación, escenario que la ha convertido en la segunda más peligrosa, y así lo establecen las estadísticas de accidentes de tránsito.
Es sorprendente el flujo de vehículos que transitan esta vía, sobre todo de altos cilindraje, como microbuses del transporte público de pasajeros, patanas y camiones cargadas de mercancías y diferentes rubros con destino a los mercados binacionales de las provincias Independencia, Pedernales y Elías Piña, así como a los del Gran Santo Domingo.
Además de irrespetar las señales de tránsito, el manejo temerario y la alta velocidad, tanto los conductores de minibuses como de patanas, ponen en riesgo las vidas de miles de personas que diariamente utilizan ese medio de transporte y las de otros que se desplazan en sus vehículos privados.
Tan sólo con el anuncio del presidente Luis Abinadel de impulsar el desarrollo turístico de la región Sur, a través de una alianza Público Privada, sobre todo en Pedernales, el flujo de vehículos se ha incrementado considerablemente, muchos interesados en conocer la zona, que incluye Bahía de Las Águilas, considerada una de las playas más bonita del país y del mundo.
Por lo anteriormente expuesto, se hace necesario acondicionar la autopista Sánchez, ampliándola y convirtiéndola en doble vía, por lo menos hasta el 15 de Azua, y la carretera que comunica las provincias Barahona y Pedernales, que está prácticamente intransitable.
De igual manera, ampliar el tramo que comunica la comunidad de Galión con Los Pilones, que empalma con la circunvalación de Baní, ya casi finalizada, no sólo reducirá en gran medida los accidentes de tránsito, ya que ésta al igual que El Número y la 6 de Noviembre, son las que representan mayor peligro. También evitará los kilométricos tapones que llegan hasta el Cruce de Ocoa.
En dicha carretera, la segunda más larga del país, existen tramos que, por su estreches, curvas y los denominados “policía acostado” y reductores de velocidad, la convierten, además de peligrosa, en estresante y fatídica por lo molestoso que resulta transitarla, ya que de Azua hasta Elías Piña se podrían enumerar unos 22 muros, y sin señalizaciones.
Esta situación, debe llamar la atención de las autoridades gubernamentales y especialmente del Ministerio de Obras Públicas, a fin de que ponderen la situación expuesta, y se aboquen a presentar una solucionar cuanto antes.
Además, si se han propuesto impulsar el desarrollo del turístico de la zona, deben desde ya crear las condiciones, principalmente, en la comunicación vial de las zonas de mayor potencial.
Por más potencial turístico que exista en la región Sur, si no se crean las condiciones de infraestructuras viales, de nada servirá la inversión anunciada por el gobierno, al menos que sea exclusiva para quienes puedan pagar una avioneta o tengan helicópteros.
