Loma de Cabrera con una obra de Angeisi Gómez lo inmortaliza en el mural de sus grandes hijos
Hablar de Víctor Suárez es hablar de un alma grande, de un ser nacido en las entrañas mismas de Loma de Cabrera, donde la sensibilidad florece al ritmo de la brisa serena. Fue más que un hombre: fue inspiración, fue palabra, fue canción.
Escritor, poeta y cantautor, dueño de una trayectoria inigualable que dejó huellas profundas en la cultura y en el sentir de su pueblo.
Su paso por la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) no fue un simple tránsito académico. Allí sembró afectos, enseñanzas y respeto. Se ganó el corazón de un amplio staff de maestros, estudiantes y personal administrativo que aún hoy recuerdan su sonrisa serena, su verbo elocuente y su manera sencilla de engrandecer la vida con cada verso y cada melodía.
Víctor Suárez fue, sin lugar a dudas, un embajador del alma lomera, un representante de la dignidad, del arte y del amor a la tierra. En su obra musical plasmó su esencia más pura, regalándonos canciones que aún hoy acarician el alma.
Entre ellas destaca su hermosa composición dedicada a su pueblo, Loma de Cabrera, una joya musical donde expresó con poesía y sentimiento el orgullo de haber nacido en esa tierra bendita. Cada nota, cada palabra, es un tributo a sus montañas, a su gente y a sus raíces.
También nos legó otra canción profundamente emotiva, en homenaje a nuestro querido maestro del piano, Papito Andújar, una obra escrita desde lo más profundo de su corazón. Víctor compuso esa joya musical con el amor y la admiración de un hermano, pero fueron Fernando Villalona, Angelito Villalona, Tony Gómez y Juan Andújar quienes le dieron voz y alma a esa composición, elevándola a la categoría de himno sentimental.
Cada uno de ellos, con su timbre inconfundible, honró el legado de Papito, mientras las letras de Víctor tejían un puente entre el recuerdo, la amistad y la eternidad.
Nuestro querido Víctor no venía a Loma de Cabrera sin pasar a visitar al eterno profesor Papito Andújar, con quien compartía momentos de calidad, conversaciones llenas de anécdotas, música y risas que hoy viven en la memoria de quienes tuvieron el privilegio de presenciarlos juntos.
Aquella amistad, forjada en respeto y cariño, quedó eternizada en esa canción que hoy sigue emocionando a todos los que aman la buena música y la nobleza del corazón.




Hoy, Loma de Cabrera lo inmortaliza en el mural de sus grandes hijos, donde su figura se levanta junto a los que forjaron con esfuerzo y talento el orgullo de un pueblo.
Y la UASD, en un gesto de noble gratitud, se trasladará desde Santo Domingo hasta su tierra natal para rendir homenaje a uno de los suyos, a un poeta que trascendió las fronteras del tiempo y del espacio.
Aunque Víctor Suárez partió a la morada eterna, su voz sigue viva entre nosotros. Vive en sus canciones, en sus letras, en el recuerdo de quienes lo conocieron y lo admiraron. Vive en cada corazón lomero que se siente representado en su arte y en su ejemplo.
Porque los verdaderos artistas no mueren, se transforman en versos, en acordes, en memoria.
Y así, en el rincón más puro de Loma de Cabrera, Víctor Suárez sigue cantando… desde la eternidad.
“Tu guitarra calló, pero tus canciones siguen hablando por ti; Loma te escucha, Víctor, y en cada amanecer tu voz vuelve a florecer.”
Escrito por: Charles Pérez
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